El aguila y la Luna

El aguila y la Luna

Historia de un balcón

Historia de un balcón

Llegó la noche
con el preámbulo de un ocaso,
la pálida ciclope,
espejo del sol,
te ilumina despampanante
en el balcón.

Yo te miro de espaldas,
tu contemplas la ciudad alocada,
y me acerco por detrás
con pasos sigilosos
que esconden una prematura
desesperación.

Te tomo de la cintura
y te abordo distraída,
tu sonrisa en mueca de susto
me da la bienvenida.

Me siento invadido
por una emoción singular,
y así recojo tu pelo
para en un hombro
dejarlo descansar,
con una caricia en tu cuello marco el lugar
donde un dulce beso dejaré reposar.

Mis labios al fin tocan tu piel
y te estremeces…

Después mi víctima
es el pómulo tentador,
una palabra bañada de urgente romance
es íntimamente pronunciada
en tu oído
que esperaba alentador,
y tu respuesta innata
es un sentido escalofrío
que te recorre,
movilizándote en cosquillas mujer.

Con los ojos cerrados
exhalas tu vibrar al vacio
y el viento se lo lleva
a la nocturna inmensidad
de la ciudad.

Tus hombros desnudos
me someten al hipnotismo
de llevar mis manos tibias
a desfallecer
sobre lo cándido de lo prohibido.

Esto solo el comienzo
aquí no habrá silencio
y la madrugada se entrega
a la oscuridad deseada,
de una habitación excitada
donde mi corazón arrogante,
sólo buscará enamorarte.

Sin título 17

Sin título 17

Seducirme es tu arte,
y con tu forma de mirar
muy fácil me logras excitar.
Con poca ropa tu me ardes,
tu labios saben cómo provocarme.

Tu arte es seducirme
porque sabes,
que voy a llevarte
en todos los instantes
a romper las reglas
de este juego de amantes.

El momento

El momento

Cuando llegue el momento
las luces prenderemos
y la ropa buscaremos.

Cuando llegue el momento
nos miraremos satisfechos,
porque estaremos llenos
de febriles sentimientos.

Cuando llegue el momento
estaremos en silencio
recuperando los deseos.

Cuando llegue el momento
degustaremos besos
y beberemos en lo intenso.

Cuando sea el momento
en que mi espalda desgarres
y tu desahogo exclames,
en ese instante,
donde el amor es completo
será cuando llegues
a tu momento.

Tu ser y tu perfume

Tu ser y tu perfume

Tus ojos son la mirada
de la noche despierta
descubriendo caminos.
Tus piernas
son de mármol paradójico,
de suavidad pulida,
pero que no son frías,
son las columnas
de la entrada al templo
más sagrado de la tierra.
Tu belleza total,
se asemeja a un bosque
muy tupido en su explosión
con la visita,
de una súbita primavera.
Tus lágrimas son gotas de savia
de un árbol herido con sabor a mar.
Tus pies son hermosos y firmes
cuando la tierra se torna movediza.
La voluptuosidad de tus márgenes
se confunden con la perfecta imperfección
de montañas loadas,
que son muy soñadas
por quienes queremos,
conquistar sus cumbres.
Tus manos son la esperanza
de quien labra los campos,
son manos que muelen el trigo
y amasan el pan.
Tu cabello hasta sus puntas
se disfrazan de dunas
de un desierto de finas arenas
que el viento ondula
a su antojo y libertad.
Tu sonrisa camufla al alba
y amanece palomas al volar.
Y tu aroma,
tu aroma es una locura,
porque es un precioso tango en mi versión,
es el perfume de naranjo en flor,
no es promesa vana de un amor,
y nunca se me escapará
en el viento.

Enfadada

Enfadada

Niña enfadada,
enamorada te hayas,
pero no te corresponden,
con la misma mirada.

Ilusiones tejiste,
alrededor de su risa,
tu piel que se eriza
rogando caricias.

Niña enfadada
de mirada soñada,
entregas tus besos
al amor y esperanza.

Un mundo construiste,
jamás le mentiste,
pero él esquivaba
lo que propusiste.

Niña enfadada,
te sientes frustrada
y ahora solo calmas
tu dolor en la cama.

Sedúceme

Sedúceme

Sedúceme mujer
pues ya no quiero pensar,
solo me importa sentir,
siguiendo al compás;
te necesito,
siente mi pecho,
mi corazón es la pregunta
y en esta noche de tangos
tu besos
son la única respuesta.