El aguila y la Luna

El aguila y la Luna

Cuando me nombras

Cuando me nombras

Cuando dices mi nombre,
mi cielo truena
y un fuerte vínculo
de urgencia y deseo se crea.

Cuando dices mi nombre,
la noche descorcha añejos sabores
y la luna se embriaga
relatando sus viejos amores.

Cuando dices mi nombre,
tu voz se humedece
de entrepierna y poesía,
en la mañana,
en el cuarto no habrá más cenizas.

Cuando dices mi nombre,
sacrifico mi cuerpo a tu volcán,
donde me consume su fuego sensual.

Cuando dices mi nombre,
retoña desnudo tu paraíso en gemidos,
pues la pasión
en amantes nos ha convertido.

Cuando dices mi nombre,
es con eco tu piel la que habla,
y en esa excitación,
retumba dulce la palabra.

Cuando gritas mi nombre
y tu espalda se arquea en su placer final
es cuando desmayo en la sinfonía
de hacer el amor sin igual.

La danza de tu embrujo

La danza de tu embrujo

Las manos,
erguidas en su suavidad
como plumas,
van descubriendo
con dóciles caricias tu piel
y cierras los ojos para sentir,
sólo eso,
sentir.

Ya se puede percibir
nuestro mutuo calor,
y así,
nos estremecemos con amor.

Tu boca entreabierta
exhala quejidos,
dulces quejidos,
y más me provocas arder.

Estamos fundidos,
rojos,
enceguecidos,
por la pasión que nos posee
como un demonio
que nos come el alma.

La danza de las olas
sobre sabanas de flores,
sobre mi cuerpo,
se mezclan con tus hechizos,
embrujándome,
con tus sabores.

Ya no puedo detenerme,
ya no tengo conciencia,
ni mente,
sólo esta desesperación,
por tenerte,
por explotar,
por vivir,
por saciar,
por atesorar cada segundo
en que pueda amarte,
para que no llore este corazón,
si te escapas de mi sangre.

Cuando alejas al invierno

Cuando alejas al invierno

No eres como el invierno
porque no puedes ser fría,
pero la blancura de la nieve
se asemeja a la pureza de tu alma.

Los leños arden  en el hogar,
pero extrañaron tu presencia,
a tu calor expresado con tu cariño
que aleja la crueldad del afuera,
la crueldad de un mundo muy frío.

La vida se revela
como un bosque blanco cubierto,
inexplorado,
pero tu corazón aventurero
rompe todo silencio,
y transgrede la tristeza que cubre la hierba.

De tu mano me guío
cuando la ventisca me acobarda
y su furia sin descanso me cegaba
y así me enamore de ti,
por tu luz decidida a tocarme,
decidida a no dejarme,
cuando entraba por mi puerta clausurada,
e intrépidamente  penetraba,
para rescatarme
de una muerte en soledad congelada
casi segura,
casi tortuosa,
si tu candor no me salvaba.

Sin sinónimos

Sin sinónimos

Mis ojos esconden
la lujuria reprimida
cuando me miras.

¡Sí! he sufrido por amor
y batallé largamente contra el insomnio,
escuchando esas canciones
que me apretaban el alma.

Ya no tengo ni sinónimos ni metáforas
para decirte como me siento en el aire
cuando estas a mi lado en la intimidad
y tu catarata arremete contra mi piel.

Tengo este fuego
quemando mis venas lascivas,
arrastrándome en tu turbulencia
a soñar con ser el himno de tu boca,
pues no existe la pasión
si no estás a mi lado corazón.

Sin medir despedidas

Sin medir despedidas

Quiero ser el profanador de tus sueños
el ladrón de tus sonrisas,
para que estando a tu lado
me empujes a la cornisa,
a la locura,
y así  hundir mi cara en tus cabellos,
sentir que lo nuestro,
ya no queda en anhelos.

Quiero darte una parte de mi alma
para que nos amemos con calma,
sin medir despedidas
ni que me duela cada vez,
que se aproxime tu partida.

Así no habrá vacios,
de la mano
cruzaremos ríos,
para conquistar amaneceres
mirándonos a los ojos,
plantando la bandera
del amor liberado a su antojo.

Quiero ser el creador de tu mundo
de la soñada utopía,
el artista de la obra,
que aleja pesadillas.

Quiero que seas
mi cielo estrellado,
un poema encontrado,
ese amor…

que tanto he buscado.

La primera noche

La primera noche

La luna retratada en la ventana,
y tu vestido blanco
descansando a los pies de la cama.
Aún se puede escuchar el vals,
la fiesta nos dejó exhaustos,
pero tenemos los corazones extasiados
por el hambre de amarnos.
Cierras las cortinas,
pero las luces igual se transparentan
y las sábanas de seda,
serán la arena de nuestro mar al navegar.
Nuestros anillos,
aún relucen el dorado de nuestra unión
y esta noche es el comienzo
de nuestro amor en comunión.

Nuestra sincronía

Nuestra sincronía

Ya no quiero
vestir mi armadura,
esa tan dura,
que escuda a mis heridas
y no las deja cicatrizar.

Un antiguo consuelo
querrá llorar
si tú te vas,
y mi cuerpo
no querrá soñar nunca más.

Dime si es mucho
el tiempo que te debo esperar...

Será porque quiero hacerte feliz
encaminando mi vida en tu andar,
con esa sincronía
que expulsa a la soledad
a naufragar por el mar.

Si acaso no lo sabes,
siempre te amé
y cuando tu alma
se me presente desnuda  
será este corazón sincero,
sin armadura,
quien te invitará al amar.

La piel dilatada

La piel dilatada

Sofócame
caliente deseo creado por verbos,
la sangre enamorada
es la tinta para estos versos.

Vivir no es completo,
si no me marcan tus besos,
dilatada la piel
exuda por sus poros la miel.

Es esta hambre de entrar
que obliga a mi boca a matar,
háblame con tu voz lujuriosa,
de palabras candentes
que te delatan ansiosa.

Tirita tu ser entero
y la poesía es la culpable
de que nos amemos con sonetos.

La noche ya no tiene secretos,
ambos nos develamos completos,
me abruma sentir este amor
que como un rayo me llegó al corazón.

Un sólo…

Un sólo…

Caricias errantes
quieren encontrar
las coordenadas de tu puerto.
Ilusión dominante
de latidos caprichosos,
ansían embelesarse
con la frescura
de tu aroma al viento.

Piel enamorada,
indecisa,
mortificada,
por noches solitarias
desea obtener el alivio
de tu mirada.

Un corazón famélico
de tu carne,
quiere nutrirse de delirio
para recordar eternamente
el sabor de tu cuerpo,
y el vértigo en tu cintura.

Labios empedernidos
de gestos sugestivos,
son cómplices de ojos decididos
que te miran fijo,
para acercarme
y con una sonrisa robarte
tiernamente
un sólo beso.

Refugiados

Refugiados

Relájate,
los truenos pasarán,
esos flashes son centellas
de una histérica tormenta,
que desata su libertad ensañada.

La lluvia golpea
con su acústica frenética
en la puerta,
en la ventana
como invitándose a pasar.

Los vidrios están empañados
porque adentro estamos tibios,
por el calor de los suspiros.

Quédate tranquila,
estaré esta noche contigo,
ya no temas,
todavía está muy lejos ese afuera.

Estoy para cuidarte
y mientras hablamos
nos mimamos,
estrechándonos entre abrazos
esperando la calma
de esa revolución celestial,
donde las nubes se quejan
desparramando sus vidas,
sobre la ciudad.

La mañana aún está lejos
y esta noche es el reflejo
de dos personas que están juntas
porque se aman de verdad.

Cuando

Cuando

Cuando tus manos se acercan
alborotan mi mundo,
imagino una suave caricia
atrapándome en su impulso.

Cuando tu boca me habla
vaticino delirios,
me veo enroscado
en tu placer más que tibio.

Cuando tu corazón
rompe el silencio con su cantar,
hace arremeter al mío
contra mi pecho
y desencadena la locura por mi cuerpo.

Cuando estás y me miras,
me sonríes
y una palabra me das,
es cuando me acerco
a la felicidad.

Y es solo…

Y es solo…

Y eres libre corazón soñado,
que las luces de tu vida,
siempre te encuentren enamorado.

Ya no hay lamentos si estas a su lado,
las cornisas ahora son puentes
para cruzar a buscarlo.

Y eres feliz alma tierna torturada,
hay heridas,
que ya no te hacen ser la misma.

Hoy,
en tu bosque reinan primaveras
 y te hacen ser la flor más perfecta.

Y eres canción, melodía de amor,
inspirada en algo bueno,
en algo mágico,
en algo único
y es solo esta dicha,

entre tú y yo.

Si me dejas acercar

Si me dejas acercar

Me estoy enamorando de ti,
pues paseas mi cuerpo
por incógnitas
y desprecios.

Tu pelo moreno
me hace fantasear hundirme
entre sus olas
y naufragar al ras de la cordura.

Tu simpatía me muestra
la efervescencia
de tu espíritu indomable,
que me lleva a sufrir,
por no poder contentarme
solo con un reflejo,
del amor aquel
que puede ser sublime
si me dejas acercar.

Hoy me siento prisionero,
encerrado,
en tu encanto joven 
de dócil piel errante
que me provoca delirar.

Hasta cuando viviré esperando
a que me dejes gozar de tu aliento
para morir entre tus brazos
y perderme en la poesía
que me provoca tu existencia.

La sutileza se me acaba
como se me acaban las palabras,
solo para decirte,
que hoy,

estoy enamorado de ti.